Un espacio Vulnerable
La disminución del tránsito de ganado trashumante ha provocado el progresivo abandono de las cañadas. En consecuencia la mayor parte de la red se halla perdida o sin señalizar, habiendo quedado sensiblemente mermadas sus dimensiones originales.
Las agresiones más frecuentes que sufren las cañadas son las siguientes:
- Cultivo agrícola por algunos agricultores colindantes, quienes alteran los mojones e invaden la cañada con cultivos, no sólo anuales, sino también permanentes como plantaciones de frutales y viñas.
- Urbanización de aquellos tramos de cañada próximos a núcleos urbanos… En el mejor de los casos se diseñan alternativas de paso, pero mayormente éstas suelen ser impracticables.
- Implantación de infraestructuras viarias (circunvalaciones, variantes) sobre tramos enteros de cañadas sin caminos alternativos, lo cual ha generado barreras infranqueables para los rebaños.
- Ocupación de las vías pecuarias por vertidos incontrolados de escombros, piedras, basuras y todo tipo de desechos que nadie quiere en su terreno particular.
- Algunos proyectos de desarrollo rural que modifican profundamente, cuando no provocan la desaparición física, las dimensiones de las cañadas (nuevos regadíos, concentraciones parcelarias, repoblaciones forestales, creación de pastizales…)
A estos hechos se suma la negligencia de muchas Entidades Locales al descuidar la actualización de los antiguos catastros y la inclusión de la red de cañadas en sus planeamientos urbanísticos.