Origen de las Cañadas Navarras
Las cañadas navarras tienen su origen en las rutas que recorrían los primitivos pastores nómadas, posiblemente ya antes de la llegada de los romanos.
Durante la Edad Media, y con el desarrollo de la agricultura, cobran especial importancia las vías pecuarias para asegurar el libre tránsito de los rebaños entre campos de labor. Ya en el siglo IX el rey Sancho García otorga a los pastores pirenaicos del Valle del Roncal el disfrute de los pastos bardeneros. Idéntico privilegio al de los roncaleses reciben los salacencos de los reyes de Navarra en 1504. A principios del siglo XVII, un memorial dirigido a las Cortes de Navarra expresa la necesidad de velar por la integridad de las vías pecuarias. En 1757 se hizo el primer deslinde y amojonamiento de las cañadas por causa de la invasión agrícola.
La Diputación Foral de Navarra,–con competencias exclusivas sobre la materia– publica en 1924 una Síntesis y Recopilación de la antigua red de cañadas de Navarra; dicha red –descrita por Merindades– clasifica las vías pecuarias en cuatro categorías de acuerdo con su importancia: cañadas reales, traviesas, pasadas y ramales.